Son lentes de sol con un tratamiento químico que crea un filtro laminado sobre su superficie, bloqueando los reflejos y filtrando la luz.
Generalmente, la luz se refleja en muchas direcciones, pero cuando la luz llega a una superficie lisa (como el agua o el asfalto de una carretera), se refleja de manera más uniforme y de forma horizontal. Esta luz puede alcanzar directamente a los ojos, deslumbrándonos.
Las moléculas del tratamiento químico de las gafas de sol polarizadas se alinean de forma específica para bloquear parte de la luz, permitiendo que únicamente los rayos verticales traspasen las moléculas del tratamiento químico y lleguen a los ojos.
La imagen que se aprecia a través de unos lentes polarizados es un poco más oscura de lo normal, pero los objetos se ven más nítidos y resulta más fácil apreciar los detalles.
Si no usamos gafas o lentes polarizados, somos susceptibles a recibir reflejos que impidan o dificulten la visión. Durante ciertas actividades, por ejemplo, al manejar, estos reflejos podrían ocasionar accidentes. Además, la incidencia de rayos horizontales de luz sobre los ojos causa fatiga ocular e incomodidad, afectando incluso los músculos alrededor de los ojos, las mejillas y la nariz, lo que puede causar dolores de cabeza debido al esfuerzo.
Los reflejos sobre las superficies lisas ocasionan dificultad para enfocar, haciendo que veamos con menos definición.
Estar entrecerrando los ojos por la molestia de los reflejos de la luz ocasiona incomodidad y cansancio de los músculos de los ojos.
A causa de la intensidad de los rayos de luz reflejados, los ojos no pueden percibir las imágenes con marcadas diferencias o matices, ocasionando pérdida de detalles.
Los reflejos pueden ser la causa de dolores de cabeza debido al esfuerzo que tienen que realizar los músculos alrededor de los ojos, las mejillas y la nariz para bloquearlos.
Al usar lentes polarizados, la mejora en la percepción de colores y en el contraste ocasionada por la eliminación de los rayos de luz horizontales da una mayor claridad en la visión.
Los lentes polarizados previenen la exposición al exceso de luz o a los reflejos que ocasionan un esfuerzo extra para los ojos al tratar de distinguir objetos específicos, evitando así la fatiga muscular que lleva a dolores de cabeza.
Aunque los lentes polarizados no bloquean por completo los rayos UV, disminuyen su incidencia al reducir la cantidad de rayos de luz que llegan a los ojos.
Al reducir el reflejo de la luz sobre la superficie lisa del agua, los lentes polarizados son excelentes para cualquiera que desee poder ver mejor a través del agua, por ejemplo, durante la pesca.
Al no aumentar excesivamente la oscuridad de la imagen que se aprecia a través de ellos, los lentes polarizados permiten que los colores sean fáciles de distinguir, a diferencia de otros tipos de lentes de sol.